Llevo poco menos de tres meses en esta aventura de escribir un blog y algo que me ha llamado y me sigue llamando mucho la atención son los vínculos que se establecen con personas que no conoces físicamente. A lo mejor suena friki… bueno, a lo mejor no, sé que suena friki… pero en el fondo creo que tiene mucho sentido dar con gente con la que compartes gustos, aficiones, momento vital… y conectar, a veces incluso, más que con personas que te encuentras por la vida.
Muy al principio, tuve la suerte de que Noemí diera conmigo y con mi blog. Ella vive en un pueblo de Barcelona y es devoradora de contenidos en internet, heavy user de redes sociales y amante de los DIY. Desde el principio ha sido una de las personas que más fuerza me ha dado para sacar esto adelante, con sus comentarios y su energía día tras día. (Estáis de suerte, porque ella también tiene un blog que, como el mío, es prácticamente recién nacido. Os animo a que lo visitéis, porque es precioso).
Esto os lo cuento porque he sido “tía virtual”. El martes Noemí dio a luz a su segunda hija, A.
Y es curioso, porque no voy a ir a visitarla al hospital, no le voy a enviar flores, seguramente no la conozca hasta dentro de mucho tiempo… pero me siento muy feliz y emocionada por ella.
¡Enhorabuena Pekenyta!
¡Bienvenida al mundo, princesa!